Tema: «El reto del siglo XXI: reconciliar capitalismo y democracia»

Ponente :   Profesor Antón Costas


El Profesor Antón Costas nació en San Pedro de Matamá (Vigo).

Ingeniero Técnico Industrial (Vigo, 1972). Licenciado en Economía (Barcelona, 1977). Doctor en Economia (Barcelona, 1982) 

Su tesis doctoral fue dirigida por los profesores Fabián Estapé y Ernest LLuch, a él le gusta recordarlo y al hacerlo nos muestra su carácter, estudió el pensamiento y la política económica liberal del siglo XIX.

Catedrático de Política Económica de la UB. Director del Master en Economía y Regulación, de los Servicios Públicos Económicos de la UB.

Autor de innumerables libros y artículos, actualmente es el Presidente del Círculo de Economía de Catalunya.

En el ámbito académico ha sido entre otros, Vicerrector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y de la Universidad de Barcelona.

Ha formado parte de diferentes comisiones de expertos y asesoramiento de Gobiernos y órganos empresariales, así como en diversos Consejos de Administración.

En el preámbulo inicial, el Profesor Costas empieza explicando los puntos sobre los que va a basar su coloquio de hoy, tanto aspectos de largo plazo como de corto plazo. Para empezar, a largo plazo, o como él ha expresado “con las luces largas”, nos habla de Europa. En este sentido nos dice que cree que va a ser muy difícil ir más allá de la coyuntura actual sin provocar un descarrilamiento.

En el año 2010 Europa se hace el propósito de salvar el euro a cualquier precio y esto se consigue en base a mantener o congelar otros objetivos. El proceso de avance de Europa, nos dice, será lento y puede generar más diferencias Norte-Sur y deja a nuestro criterio definir donde se acaba el norte y donde se inicia el sur.

Sobre el segundo aspecto del “largo plazo”, el profesor se extiende más y desarrolla una cuestión más conceptual. Nos plantea la necesidad de establecer o de rehacer una nueva relación capitalismo-desigualdad-democracia. 

Deberemos recuperar el dialogo y la discusión en base a los términos de sistemas económicos si queremos clarificar y resolver los problemas económicos y sociales actuales. Le preocupa la desigualdad en sí pero también en la medida que va a tener un impacto en el crecimiento y en la calidad y sostenibilidad del mismo. La desigualdad tiene efectos sobre la dimensión moral del crecimiento.

En el capitalismo, la moral es un pegamento invisible que nos hace converger hacia un pensamiento común, si este pegamento desaparece todo el conjunto se vuelve más inestable y la convivencia se hace más difícil. Aumenta el desorden político y da pie al desarrollo de actitudes populistas.

En lo relativo al corto plazo, nos explica como, a su criterio, hay fundamentos para pensar que efectivamente la economía está mejorando. (Nos explica la analogía del gato por la ventana, como arrojar un gato desde un tercer piso, podemos ver que este rebota en el suelo pero no es ninguna garantía de que el gato no estuviera muerto previamente). 
Se define a sí mismo como un optimista escéptico, pero en cualquier caso los datos económicos ofrecen un cierto margen para el optimismo. Dependeremos en cualquier caso de la evolución de nuestro entorno, concretamente de Europa.

Otro reto a corto plazo es que deberemos afrontar el diseño de un nuevo marco social y político, el actual está agotado. Finalizado este preámbulo pudimos compartir una agradable comida no exenta de charla entre comensales y especialmente con nuestro invitado.

Después de la comida, el profesor desarrolló más detenidamente su discurso, empezando por la situación actual de la economía y como hemos llegado a donde estamos. 
Nos explica como esta se sostiene en base a tres motores básicos. El motor principal lo constituye el consumo en el sector privado e industrial, representa el 55-60% y por si solo es capaz de mantener estable el rumbo de la economía de un país y de hecho fue así hasta el año 2008.

Cuando este motor falla queda el recurso de potenciar la inversión pública (25-30%), en el año 2008 el G20 decide inyectar liquidez y aumentar la inversión pública teniendo como efecto una cierta recuperación hasta el año 2010, año en el que se decide por parte de Europa reducir la inyección e iniciar el recorte en la actividad pública. 

Mientras otras economías se recuperan Europa inicia un nuevo episodio de caída y ahí seguimos. El tercer motor es el sector exterior, la potenciación del sector exterior a base de aumentar competitividad se ha realizado al precio de a la “moderación” salarial, pero es una solución que puede ser útil para uno, pero si todos hacen lo mismo acaba siendo mala para todos y se convierte en el reparto de la miseria.

Se manifiesta muy crítico con las políticas de austeridad, aunque eso no quiere decir ser un manirroto. Cuando el consumo privado no es capaz de remontar su actividad nos devuelve a la situación económica de los años 30. Es ahí donde según él basa su preocupación.
Van surgiendo las preguntas hacia el profesor. Sobre el Banco Central Europeo y el papel que debe jugar, nos explica que es como un banco de sangre que debe nutrir como último recurso a un paciente que requiere su ayuda, la situación actual es que dicho Banco en demasiadas ocasiones se comporta como un donante que por su religión no admite transfusiones.

Cuando una sociedad entra en una situación de incertidumbre, que no de riesgo, su comportamiento es muy conservador. Las personas, las entidades o las empresas saben gestionar el riesgo, pero ante una situación de incertidumbre su comportamiento es muy inmovilista, se genera una trampa de liquidez y nadie suelta un euro ni para comprar, ni para prestar, ni para invertir y el país se viene abajo.

Hablamos de una Hacienda Federal Europea al estilo de la que existe en EEUU. Nos explica como efectivamente en EEUU el Tesoro tiene un presupuesto propio del orden del 33% del PIB y esto choca con la situación actual Europea donde este presupuesto es del orden del 1%.

Al hablar del actual estancamiento, el Profesor expone el porqué del temor a la deflación. Efectivamente estamos en una senda deflacionaria y esto es especialmente grave ya que mientras conocemos medidas para hacer frente a la inflación no se conocen medidas ciertamente efectivas para luchar contra la deflación. Hay que arbitrar medidas que contemplen la solución a problemas económicos pero insiste también en los aspectos sociales.

Nos comenta como somos el único país que no tiene medidas que contemplen una segunda oportunidad para aquellas personas que están en situación de default. Son conjuntos de pequeñas medidas que hay que afrontar para hacer frente a la situación actual y que debemos prepararnos para un largo período.

A su juicio no vamos a ver en las próximas décadas crecimientos como los que hemos vivido en las décadas anteriores. Deberemos aprender a convivir con un crecimiento menor, sostenido por la demanda interna, entendiendo como interna no ya nuestro país sino nuestra área geográfica macronacional y diseñar un nuevo contrato político que sea beneficioso para todos.

Surge la pregunta sobre las bases que deben sustentar este nuevo contrato político. El profesor nos dice que cualquier cambio deberá estar  avalado por amplias mayorías y que los criterios que defiendan estas mayorías deberán ser sostenibles en el tiempo. El consenso deberá establecerse dentro de la legalidad, en el supuesto de que las normas pueden ser interpretadas o modificadas si así se acuerda, pero no es bueno que se rompan.

Es difícil para los asistentes encontrar el momento para concluir la charla, pero finalmente llega la hora en la que se da por concluido en coloquio no sin agradecer a nuestro ponente su amabilidad.

(Crónica Sr. Josep Ballart Guasch)