Ponent 180,  : Dr. Juli de Nadal i Caparà

Tema: “LA CONSTRUCCIÓ D’UN ÈXIT. AIXÍ ES VA FER LA NOSTRA SANITAT PÚBLICA»

Nos encontramos en un entorno social en el que disponemos no tan solo de una buena base asistencial sino que observamos a nuestro alrededor y encontramos una gran número de centros sanitarios, asistenciales, formativos, de I+D que son referentes mundiales. Quizá es casualidad, o la coincidencia en el tiempo y en el espacio de personas de gran capacidad como un nombre de apellidos que a todos nos vienen a la cabeza o a la acción entusiasta y dirigida conducida a lo largo del tiempo.

Para hablar de este tema el día 21 de febrero tuvimos entre nosotros en SECE al Dr. Juli de Nadal que nos contó su experiencia y su visión.

El Dr. Juli de Nadal nació el año 1943 y es Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona (UAB) 1966 y tienen un extenso curriculum.

Al inicio de su intervención Juli de Nadal señalo que el titulo de su intervención “La construcción de un éxito: así se hizo nuestra sanidad pública” estaba tomado de un reciente libro suyo pero que era, sobre todo, un excusa para hablar de sanidad, tema de la máxima actualidad. También advirtió que en el entorno catalán, al hablar del sistema sanitario, se sobrentendía que se hacía referencia al exitoso “modelo sanitario catalán” reconocido como de excelencia en todo el mundo, pero que él iba a referirse a la sanidad pública de un modo más amplio, incluyendo los modelos de las 17 autonomías españolas.

Dijo que realmente disfrutamos de un sistema sanitario público de éxito: universal, prácticamente gratuito, de gran calidad, muy valorado por la sociedad, de bajo coste, con uno de los mejores sistemas de formación de especialistas que existen y que además ha situado al país en el mapa de la investigación biomédica avanzada. Señaló que este sistema, es el resultado de la aplicación de una Ley vigente desde hace más de 30 años.

Sin embargo la crisis económica mundial de 2007 puso de manifiesto el problema grave de sostenibilidad de este sistema, que ya venía de lejos. Las causas, en primer lugar por su infrafinanciación crónica. Excepto en las CCAA con concierto o similar, los presupuestos sanitarios han sido siempre deficitarios. La mayoría de los países de nuestro entorno dedican 3 ó 4 puntos más del PIB a sanidad que nosotros y sus sistemas no son mejores. Otras razones serían el enorme coste de incorporar los avances científicos técnicos, diagnósticos y terapéuticos a la sanidad pública, siempre más eficaces, pero más caros. El crecimiento de la riqueza de nuestro país nunca será suficiente para incorporar los costes del progreso científico y técnico en sanidad. La prolongación de la esperanza de vida de la población, cada vez más vieja y con más necesidades en salud. La creciente autonomía de los pacientes y su mejor información en internet lo que les hace más exigentes con el sistema y finalmente las presiones sobre el sistema del creciente “mercado sanitario global”

A pesar de estas circunstancias, señaló De Nadal, que el sistema “aguanta” y lo hace por qué se ha hecho un gran esfuerzo de gestión por mejorar la eficiencia. Se ha atornillado a los proveedores, sobre todo a la industria farmacéutica y a las oficinas de farmacia, se han reducido las inversiones al mínimo y sobre todo por el esfuerzo enorme de los profesionales del sistema que han visto reducidos sus salarios y empeorado mucho sus condiciones laborales, demostrando así que por encima de las circunstancias está su vocación de servir a la sociedad.

De Nadal dijo que ya hace muchos años que los economistas de la salud conocen estos problemas y tienen bien estudiadas soluciones, pero que estas, muchas veces, son contrarias a los idearios de los partidos políticos y estos no tienen el valor de aplicarlas. En este sentido comentó que “la sanidad no gana elecciones, pero puede perderlas…” En consecuencia el debate sanitario está saliendo de los partidos políticos e instalándose en la sociedad civil, por ejemplo, están apareciendo diarios digitales especializados en sanidad y los grandes trusts sanitarios privados están tomando posiciones que incluso podrían rozar el monopolio.

Este panorama, dijo, le motivo a escribir el mencionado libro ya que él tuvo la oportunidad, por su biografía, de participar en la “cocina” de muchas de las decisiones importantes que llevaron a la implantación del modelo de sanidad pública que hoy disfrutan nuestras 17 autonomías. El objeto del libro sería explicar cómo se hicieron las cosas y cuál fue su fundamento. Parece que la gente piensa que el sistema cayó del cielo. Todos son exigentes con el sistema sanitario público y en cambio poco dados a cumplir sus deberes. Su libro se orienta sobre todo a los jóvenes y a todos aquellos que no imaginan como serian sus vidas sin un sistema sanitario público de calidad como el que tienen.

Dijo que su libro, que no es un ensayo ni unas memorias sino un relato de hechos, tiene dos ejes argumentales. El primero, sustenta que nuestro sistema sanitario está fundamentado en la reflexión sanitaria de la “izquierda” durante la dictadura y de la gente más progresista durante la transición. El segundo, que sin decisiones políticas, bien informadas, firmes y fruto de amplios consensos, no se pueden cambiar las cosas. El primer argumento lo ilustró con el papel desempeñado por el PSUC en Catalunya y el PCE en España y además en Catalunya mencionó a grupos vinculados con el catalanismo clandestino muy activos en el mundo sanitario. También mencionó que Catalunya, en aquel tiempo dio personajes muy valiosos en la reflexión y acción sanitaria como, entre otros, Jordi Gol, Carlos Soler Durall o Ignaci Mª Aragó. Destacó el papel de los medios de información críticos con la dictadura que ayudaban a difundir los conceptos de sanidad pública, universal, gratuita y financiada por impuestos que procedían de la izquierda y que finalmente se concretaron en la Ley General de Sanidad de 1986, después de un gran debate entre medicina liberal privada y medicina pública. Ilustró el segundo eje mencionando que Ernest LLuch dispuso de la mejor información y reflexión posible sobre el sistema sanitario que necesitaba la Democracia y que supo atraer al consenso a todas las fuerzas políticas del momento, no sin sufrir las críticas e incomprensión de su propio partido.

En el libro también se encuentra la transformación del médico liberal individual en asalariado trabajando en equipo. La feminización de la profesión. La creciente autonomía derechos y exigencias de los pacientes. La transformación de los hospitales en grandes empresas complejas en las que conviven múltiples profesiones distintas de las específicamente sanitarias. Como las tecnologías han cambiado el modo de atender a los pacientes y su acceso al sistema, las restricciones en el libre albedrio de los médicos. Los cambios en la profesión de enfermera hasta llegar a tener una titulación del mismo nivel académico que la de médico. La aparición de los Economistas de la Salud. La incorporación a los hospitales de gerentes procedentes de la empresa privada. La necesidad de formación en la dirección y gestión de hospitales que la mayoría de las prestigiosas escuelas de Managment han adoptado en sus programas docentes.

De Nadal se refirió extensamente a la parte del libro que recoge la creación del sistema MIR de formación de especialistas, sistema adaptado de los USA y admirado en todo el mundo pero que costo, en su tiempo, luchas laborales duramente reprimidas por el régimen. También se refirió extensamente a la modernización del la investigación biomédica en el país, señalando la importancia que tuvieron en este sentido el Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social, el acuerdo de cooperación USA/España, resultado del desastre de las bombas de Palomares, la cooperación USA/España fruto de grave incidente de intoxicación por el aceite de colza adulterado y la cooperación en becas de investigación de diferentes organismos internacionales, entre ellos de la Fundación Fulbright.

Finalmente dijo que el libro concluye con tres sugerencias: Que los jóvenes recuperen su capacidad de inquietar a las autoridades para reclamar mejoras en el sistema y colaboren en las mismas. Segundo, que se enseñe a los jóvenes, desde las escuelas, a utilizar correctamente el valiosísimo sistema sanitario que tenemos y tercero que se tome como ejemplo la colaboración público-privado, que tan buenos resultados da en el ámbito de la investigación biomédica, para encontrar una solución a la sostenibilidad futura de nuestro sistema sanitario público.

Al final de su intervención pudimos establecer un animado coloquio a partir de las preguntas de los socios e invitados de SECE.

 

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