Ponente 188,  : Prof. Joaquín Antonio Proenza Fernández

Tema: «Inquietante futuro con nuevos materiales»

 

Una vez más pudimos disfrutar en Senior’s Club empresarial de una interesantísima charla que enlaza directamente con un tema de actualidad como es la transición energética y la lucha contra el cambio climático. Esta transición que nos plantea una progresivo abandono de las materias primas tradicionales que giran alrededor del carbono y los combustibles fósiles pueden llevar implícito una mayor dependencia de nuevos materiales sobre los que no se cuestiona su disponibilidad o nuevas dependencias geopolíticas.

Las materias primas minerales consideradas críticas son recursos minerales estratégicos para el desarrollo de la transición energética y cruciales para el desarrollo de la economía Europea. Forman parte de nuestra vida cotidiana y de las tecnologías modernas que utilizamos mucho más de lo que somos conscientes y su acceso y restricción son una preocupación creciente dentro de los ámbitos Europeos y en general en la economía mundial. La evolución hacia la descarbonización y la pérdida de dependencia sobre los combustibles fósiles nos lleva a un nuevo escenario geoestratégico global en el que se implican otros riesgos significativos de estrategia, geopolítica, escasez y costos medioambientales.

Para desfilar esta situación, el pasado jueves 22 de noviembre nos acompañó en coloquio de SECE Senior’s Club Empresarial el profesor Joaquín Antonio Proenza. El profesor Proenza es profesor titular de la Universidad de Barcelona en el área de cristalografía y mineralogía, y además ha sido el encargado de varios trabajos de búsqueda de minerales en diferentes áreas del mundo, especialmente en sudamérica. También es autor de varios artículos publicados en revistas científicas de renombre.

El profesor empezó su charla planteandonos el crecimiento de la dependencia sobre minerales raros debida al aumento del desarrollo tecnológico y la aparición de nuevas potencias mundiales. Teléfonos inteligentes, ordenadores, coche convencionales, eléctricos y híbridos, placas fotovoltaicas… Todo ello requiere materias primas minerales para su funcionamiento, y el incremento de población y su nivel de vida han provocado que a corto plazo esta necesidad se vea aumentada.

Las extracciones de recursos minerales son intrínsecamente insostenible, ya que aunque los yacimientos de un recurso sean muy grandes, van a ser finitos. La buena noticia, es que afortunadamente el potencial minero del Planeta Tierra está aún muy lejos de agotarse. La mala noticia es que algunos de los materiales que se requieren para acometer el cambio tecnológico no son tan extensos y geográficamente están muy localizados.

A pesar de eso, la inestabilidad del mercado de minerales es enorme. Los precios varían con mucha facilidad, lo que comporta que invertir en un proyecto minero tenga mucho riesgo y sean un grupo muy reducido los inversores que lo hacen, convirtiendo el sector en un oligopolio, en el que el precio y el suministro de estos materiales es pactado y decidido por unos pocos.

Partiendo de esta situación y de la importancia creciente que tienen estos minerales en las nuevas tecnologías y en la revolución energética; la Unión Europea ha creado un grupo de trabajo para establecer la “criticidad” de las matérias primas partiendo de la importancia estratégica que tienen estas en el desarrollo de la industria. Según la Unión Europea, los minerales más “críticos” son las tierras raras (elementos de transición interna), elementos muy difíciles de encontrar y cuyas explotaciones están casi todas en la China; y elementos del grupo de metales de transición como platino (elementos de transición), totalmente necesario por ejemplo para los catalizadores de los automóviles y del cual dependemos casi íntegramente de Sud África. Estos dos grupos de materiales (en rojo y en verde) son imprescindibles, además, para hacer el cambio de paradigma energético que se propone Europa, apostando por energías renovables y limpias. Las placas solares, los aerogeneradores, los coches eléctricos o híbridos…Todos estos elementos no consumen combustibles fósiles, pero necesitan para su fabricación otros minerales raros cuyo coste de extracción es también muy alto.

La paradoja es enorme. Por un lado nos dices que debemos dirigirnos hacia energías sostenibles y limpias, pero por el otro, la minería es considerada una actividad maldita que no queremos que se practique en nuestras “casas”. Pero sin la segunda no podemos desarrollar los estándares de energía limpia y sostenible que se propone Europa y el resto de países del mundo en cada cumbre sobre el medio ambiente. Una energía verde, que además sólo cumple esta denominación en su funcionamiento, no es su construcción.

El profesor nos explica como, independientemente de la decisión estratégica que pueda adoptar un país respecto a su extracción, ningún país debería renunciar al conocimiento de su subsuelo, por lo que las labores de reconocimiento son imprescindibles.

Actualmente la situación geográfica de estos minerales también es un punto relevante. Esta localización conlleva a la creación de economías de estado en torno a estos recursos, que además al no tener un precio fijado o que cotice a bolsa, se convierten en algo muy volátil y nada transparente, controlado solo por unas pocas manos que establecen la dirección del mercado con la posibilidad de movimientos estratégicos de precio para desplazar a competidores aprovechando determinadas posiciones de dominio.

China, por ejemplo, tiene un control exhaustivo de los precios de algunos óxidos de estos materias escasas, y puede provocar su subida o bajada de forma sencilla, permitiendo una explotación minera o cerrándola por inviabilidad económica.

Pero, ¿qué soluciones vemos a esta situación? Para empezar, la sociedad occidental debe empezar a tener más conciencia de la situación que vivimos. Europa depende de los minerales, pero nadie quiere una mina en su territorio. Tenemos que empezar a cambiar esta visión y hacer entender que la minería sostenible y respetuosa con el medio ambiente existe y que en un país desarrollado es más fácil llevarla a cabo. Por otro lado, los recursos mineros no se pueden deslocalizar, por lo que comportan una fuente de ingresos estables y la creación de empleo fija que puede promover la economía de un país.

Otra solución pasaría por el reciclaje, o lo que conocemos como minería urbana: procesar chatarra electrónica para conseguir darle una segunda vida. Esta alternativa implica que este concepto de reciclaje debe ser contemplada ya en la fase de diseño ya que de lo contrario la dispersión de estas materias en pequeñas cantidades en una gran extensión hace muy difícil su recuperación.

Otra opción que se está explotando mucho es la reapertura de antiguas bolsas de residuos. Sitios en los que las antiguas explotaciones mineras del siglo pasado arrojaban los residuos que no les interesaba y en las que ahora estamos encontrando minerales que son útiles.

La última alternativa, pasa por la exploración de los fondos marinos, que son muy ricos en metales críticos y sobre los que se están iniciando muchas exploraciones para descubrir yacimientos.

Una vez finalizado el coloquio, los miembros de SECE empezaron el turno de preguntas, iniciado por el presidente, Josep Ballart, que se interesó por si dada la demanda de esta materias que podría surgir en el mundo, especialmente en China o la India, era factible el proceso de conversión a energía renovable que se estaba planteando en la UE. El Profesor Proenza respondió que los materiales para hacerlo posible existen, solo se tiene que ver qué coste y qué dificultades tiene su extracción.

Seguidamente el Sr. Fernando González Cajigós preguntó hasta qué punto es mejor seguir consumiendo los materiales de siempre cuyas consecuencias ya tenemos medidas o acometer esta la explotación de nuevos materiales hacia un futuro incierto. El ponente respondió que a pesar de que los coches eléctricos, por ejemplo, son depredadores de metales son la mejor solución parcial al momento en que vivimos, donde una solución general es prácticamente imposible. Se sigue investigando y buscando nuevas vías de actuación y soluciones. El profesor nos ilustro mostrándonos dos gráficos de la utilización de elementos de la tabla periódica de elementos de un coche moderno aspecto a una convencional.Nuestra invitada, la Sra.  Virginia Guinda, preguntó seguidamente si la Península Ibérica era rica en minerales raros que podrían ser de interés para la explotación. El Prof. Joaquín Proenza comentó que en la Península ya existen varios yacimientos muy activos, lamentablemente ninguno de ellos llevado con capital español. Recalcó que el problema en España y en Europa en general es que la minería está mal vista y cuesta mucho obtener los permisos para la prospección y mucho más para la explotación.

Posteriormente se inició un debate sobre el impacto medioambiental que podrían provocar todas las explotaciones existentes, incluidas las de suelos marinos, y sobre la falta de un balance medioambiental sobre el impacto que estas podrían tener. Se concluyó lamentando la falta de un consenso o de una legislación global que permita que las explotaciones mineras seas sostenible y con garantías en todo el mundo.

Finalmente, el presidente de SECE, Josep Ballart, dió las gracias al ponente por su exposición y por contestar a la multitud de preguntas surgidas durante el debate.

(Crónica  Laura Ballart Díaz )

Enlaces de interés sobre el tema:

Transición energética, el diablo está en los detalles

Para aquellos o aquellas que tengan más inquietud sobre este tema les recomendamos la visión del programa latitudes de TV3 del día 27 de noviembre de 2017   (ver el programa)

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